Muchas veces hay que confiar más en el lenguaje no verbal que en las palabras que dicen las personas, según expertos.
Tanto en la vida personal como profesional, todos los días las personas nos enfrentamos a que las personas con las que interactuamos intenten engañarnos.
Lo cierto es que quien diga que no miente, está mintiendo; todas las personas en algún momento de su vida han hecho afirmaciones falsas o han ocultado la verdad en algún grado, quizás con buenas intenciones, pero al final del día son engaños.
Sin embargo; aunque las personas intenten mentirle con sus palabras, muchas veces sus gestos pueden delatarlos.
Día a día se hace más notorios que para tener éxito es necesario fomentar nuestras habilidades para desenvolvernos en el mundo y una de las más importantes son las habilidades sociales, para aprender a interactuar con otras personas de forma efectiva.
Imagine que está buscando una oportunidad de negocio, ese es un escenario propicio para que alguien intente engañarlo y seguramente usted no querrá asociarse con una persona que no es honesta con usted.
De acuerdo con el sitio guatemalteco Unamentebrillante.com, el lenguaje corporal es como cuando se compra una computadora porque esta viene con sistema operativo preinstalado. De igual manera traemos en nuestro cerebro dicha información desde que nacemos y otra la aprendemos a través de experiencias y por factores culturales. Por lo que cualquier persona puede interpretarlos.
El cuerpo revela la verdad
De acuerdo con los expertos a través del lenguaje no verbal pueden conocerse las verdaderas intenciones de una persona.
“Diferentes partes del cuerpo se están comunicando permanentemente y bien sean en conjunto o por separado nos indican el estado de ánimo, personalidad o las actitudes de una persona”, se lee en el mencionado blog.
Gracias a esa forma de lenguaje se pueden analizar las emociones que se transmiten en los movimientos.
“Los tres indicios más comunes de falsedad en el rostro, son: asimetría, una expresión facial más acentuada de un lado; la secuencia temporal, se considera que una expresión que dura más de diez segundos es falsa; y la falta de sincronización, que se da cuando no existe coherencia entre lo que se dice y los gestos del rostro”, afirman expertos en gestos.
También se destaca que, las posturas son manifestaciones evidentes y fáciles de interpretara.
El Cuerpo No Miente
Existen tres aspectos destacados que forman parte de la comunicación no verbal:
Kinesia: intervienen movimientos corporales o posturas, gestos, sonidos, expresión facial, mirada, el lenguaje verbal u otras formas de comunicación.
La paralingüística: son señales como la intensidad de la voz, el tono, el ritmo, la entonación, la fluidez, el llanto y la risa, entre otros. Estos dan información sobre el estado de ánimo de la persona.
La proxémica se refiere al empleo y percepción que el individuo hace de su espacio físico inmediato, es decir, expone los límites de acercamiento que tienen las personas con respecto a otras.
Así es la psicología de la mentira
Según especialistas, al hacer un análisis sobre la veracidad de lo que comunica una persona se pueden hallar diferentes tipos de mentiras.
- Broma: chistes con grados de falsedades que sirven para entretener o desviar la atención. La risa real, nerviosa o descarada estará presente en este caso.
- Mentiras Blancas: se emplean para proteger a alguien, son procesadas por nuestro cerebro como piedad y usualmente no generan estrés o culpa.
- Vergüenza: ocurren cuando la verdad genera vergüenza en la persona y por eso la ocultará hasta donde le sea posible
- Ganancia: se miente con la intención de ganar algo, es por interés, para manipular, se trata de una motivación muy real para mentir.
- Defensiva: según expertos es la mentira más común en Guatemala y se emplea para evitar castigos, problemas y evitar algún tipo de dolor o sufrimiento.
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La mirada del mentiroso
De acuerdo con los especialistas, es erróneo pensar que los mentirosos no pueden ver a los ojos, eso es aplicable solo para niños pequeños; de hecho, una persona que miente hace análisis del rostro de la persona a la que busca engañar para tratar de descubrir si le cree.
El mentiroso le vera al rostro, a los ojos en todo momento, su cerebro está adaptándose cada segundo al engaño, modificando la velocidad al hablar, el tono de voz y los detalles porque está buscando en cada momento que lo que dice le resulte creíble a la otra persona; además, esta persona no parpadea porque tiene miedo de perderse ese detalle que busca”, explica el portal de “Una mente brillante”.
La información refiere que la persona parpadeará hasta que encuentre ese detalle que le indique que su engaño ha surtido efecto y en el 90 por ciento de los casos sonreirá.
De acuerdo con los especialistas hay una manera sencilla de detectar este tipo de engaños: toque el brazo de la persona y con una voz suave diga “tranquilo, te creo”. Si en ese momento la persona parpadea y sonríe, es probable que no esté siendo honesto.
También existe otra manera, que consiste en mostrarse molesto y cuando la otra persona diga algo que usted considera que puede ser una mentira, sonría y baje y suba la cabeza levemente, como diciendo “sí”, si la persona parpadea y sonríe, entonces es probable que el cerebro de la otra persona haya encontrado la recompensa que le indica que su mentira fue creída y activo el placer de la sonrisa
Excelente. Me encanta. El lenguaje corporal dice más que mil palabras
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