
La clave es intentar dejar de prestar atención a los síntomas y no magnificarlos.Las crisis de ansiedad están relacionadas con momentos de estrés o acontecimientos traumáticos, aunque pueden darse incluso en situaciones de calma. Conocer a alguien que las sufra o las haya sufrido es de lo más común: según un estudio publicado por la Sociedad Internacional de trastornos afectivos, más del 10% de la población adulta en España ha sufrido uno de estos ataques.
Estas crisis, también llamadas ataques de ansiedad o ataques de pánico, son una reacción emocional extrema de alarma, que llega a provocar miedo, explica por teléfono a Verne Antonio Cano Vindel, catedrático de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid y presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés.Para Cano, una de las principales causas por las que se entra en pánico durante las crisis de ansiedad es el miedo que produce el desconocimiento de los propios síntomas. Son similares a los de una situación de ansiedad común, la misma que puede sentirse al hacer un examen o una entrevista de trabajo, explica, pero al aparecer sin explicación aparente, producen miedo e inquietud. A su vez, ese miedo e inquietud retroalimentan los síntomas.Se produce un círculo vicioso”, cuenta Cano. Si la persona afectada empieza a tener taquicardia, cree que puede estar sufriendo un ataque al corazón, de modo que se asusta, aumenta la ansiedad y la taquicardia empeora. La clave para minimizar los ataques e incluso evitarlos es, por tanto, conocer la sintomatología para no magnificarla y saber que no puede producirnos ningún daño.
Estos son los síntomas de un ataque de pánico
Un latido muy fuerte,o taquicardia,Sensación de desmayo,sudoración,dolores en el pecho,dificultad para respirar,sentir que no eres tu,que te desconectas de tu cuerpo,angustia,temor a morir,sentir que no puedes controlar tus emociones,sudoracion.
QUÉ PROVOCA UN ATAQUE DE PÁNICO?
La gente sufre de ataques de pánico por diversas razones, pero se piensa que están relacionadas con que tu cuerpo entra en un modo de pelea o de vuelo.
Si sufres de ataques de pánico con frecuencia, tu médico podría diagnosticarte con un padecimiento mental llamado trastorno de pánico.
Cómo ayudar a una persona que sufre un ataque de ansiedad
Mantener una conversación activa:La clave es lograr distraer a la persona, aunque no es fácil porque su atención se centrará en lo que cree que la amenaza, explica Cano. Para el catedrático, la forma de que desvíe su atención es hacer todo lo posible para que el afectado hable.Ayuda a no magnificar los síntomas: es importante intentar que la persona afectada comprenda que nada de lo que le está ocurriendo puede hacerle año. Mientras hablamos con ella, hay que intentar hacer ver que son los mismos síntomas que se tienen cuando hacemos un examen o hablamos en público, cuenta Cano.Los ataques de pánico siempre pasan y los síntomas no son una señal de que esté sucediendo algo peligroso. Hay que decirse a uno mismo que los síntomas que se experimentan en ese momento los provoca la ansiedad.Si te dan ataques de pánico frecuentes, tu médico podría referirte con profesionales que te pueden ayudar a identificar cualquier tema de trasfondo que pudiera estar provocando tu ansiedad.En un ataque de ansiedad no tienen por qué aparecer todos estos síntomas. Junto a la aparición de la sensación de ansiedad y miedo síntoma principal deben aparecer al menos cuatro síntomas más de los arriba enumerados. Todos ellos se inician bruscamente y, si no se controlan, llegan a su máxima expresión en los primeros 10 minutos. No tienen una duración determinada: Va a depender de cómo lo procese la persona y cuánto tarde en lograr distraerse, explica Cano.Los factores que empeoran una crisis de ansiedad son la magnificación y la atención a los síntomas, cuenta el Psicólogo.También, en los casos de gente que ya ha sufrido alguno, la anticipación: la propia ansiedad que provoca pensar en un ataque puede llegar a provocarnos uno.La clave para el psicólogo es, por tanto, lograr desviar la atención de los síntomas en cuanto aparezcan, para no agravarlos.
Normaliza la situación:Uno de los temores que se dan en el inicio de un ataque de ansiedad es que los síntomas sean observables, explica Cano. Es importante, por tanto, evitar llamar la atención y que se generen corros de personas alrededor del afectado.
Y la bolsa de plástico?
En el imaginario colectivo se encuentra la idea de que, frente a un ataque de ansiedad, hay que poner al afectado a respirar en una bolsa de plástico. Esto se debe a que las crisis de ansiedad han estado relacionadas durante mucho tiempo con la hiperventilación, una respiración excesiva que produce una disminución del dióxido de carbono en sangre. Esta reducción produce, a su vez, síntomas asociados a la ansiedad, como mareo o taquicardia.Sin embargo, la hiperventilación no es la causante de los ataques: un estudio del Centro de Estudio de la Ansiedad de la Universidad de Boston, en el que trataban de inducir ataques de pánico mediante hiperventilación, concluyó que esta no siempre produce una reacción de ansiedad.Hay a quien puede funcionarle, aclara Cano,pero la hiperventilación no es el verdadero motor de las crisis, concluye Cano.Lo es la magnificación y la atención de los síntomas, que es lo que hay que intentar combatir.
Magnesio, Básico Para El Tratamiento De Los Ataques De Pánico
Los ataques de pánico tienen el riesgo de ser una puerta de entrada a la utilización de medicamentos peligrosos.
Los médicos no saben realmente cuál es el origen o la causa de los ataques de pánico y terminan tratándolos con medicamentos para la ansiedad, como Xanax o Ativan. Si estos medicamentos no funcionan, se suelen prescribir Prozac u otros antidepresivos inhibidores de la recaptación de serotonina (ISRS), así como antipsicóticos.
Pero sufrir un ataque de pánico no supone necesariamente tener una enfermedad, aunque sí puede estar provocado por una deficiencia de magnesio en el organismo.
Si nuestro cuerpo carece de un ingrediente natural básico para su funcionamiento ¿no es más sencillo suministrar este nutriente para suprimir los síntomas,
antes que recurrir a los medicamentos?
El magnesio es un ingrediente básico en el tratamiento de los ataques de pánico, ya que consigue calmar el cuerpo de muchas formas diferentes. Provoca la relajación muscular, el equilibrio del sistema nervioso, favorece la función suprarrenal y contribuye a la producción de los niveles normales de serotonina.
Si sufres una deficiencia de magnesio tus músculos estarán rígidos. El magnesio garantiza la relajación muscular, en tanto que el calcio provoca el efecto contrario.
Si tu cuerpo tiene un exceso de calcio y un bajo contenido en magnesio, tus músculos estarán rígidos y puedes, incluso, desarrollar depósitos excesivos de calcio, que suelen producirse en pacientes que sufren fibromialgia. Si los músculos de la mandíbula están muy rígidos pueden causar dolores de cabeza y rechinar de dientes.
El efecto es semejante a ir andando con los músculos completamente tensos. Trata de andar de este modo durante unos minutos y te darás cuenta de lo doloroso que resulta.
Si tienes deficiencia de magnesio en tu organismo puedes moverte con rigidez sin saber por qué, y esto te hará sentir ira, apatía, ansiedad, confusión, espasmos en los ojos, fatiga, insomnio, debilidad muscular, nerviosismo, falta de concentración, deficiencia de memoria, palpitaciones y temblores.
Los ataques de pánico pueden estar desencadenados por una bajada de azúcar (hipoglucemia)
Uno de los principales factores desencadenantes de los ataques de pánico son los niveles bajos de azúcar en sangre. Cuando temes llegar tarde al trabajo y tomas un café rápido tus niveles de azúcar en sangre se elevan bruscamente y te sientes activo, sin embargo mientras conduces hacía el trabajo los niveles de azúcar caen de nuevo.
Las glándulas suprarrenales producen adrenalina para utilizar el azúcar almacenado en el hígado. Este proceso asegura que tu cerebro esté nutrido y que no te desmayes. Sin embargo, la oleada brusca de adrenalina provoca fuertes palpitaciones y sudoración en las palmas de las manos como respuesta habitual ante un peligro que te obliga a emprender la lucha o la huida.
Cuando te sientas en el coche, con ese exceso de adrenalina, tus pensamientos se centran en las preocupaciones, la ansiedad o el pánico. Si cruzas un puente, podrías desarrollar una fobia hacia los puentes o la altura.
Si acudes al médico probablemente no te preguntará qué has tomado en el desayuno, sino que se limitará a diagnosticar un trastorno de pánico y te recetará Xanax. Si el médico te pregunta si te has sentido deprimido recientemente, si tienes dificultad para dormir o la sensación de estar demasiado estresado (lo cual se corresponde a los típicos síntomas de una deficiencia de magnesio) es posible que acabe por recetarte un antidepresivo como el Prozac.
Este medicamento se distribuye como los caramelos para tratar los bajos estados de ánimo. Pero hay que tener mucho cuidado, ya que son fármacos químicos con una larga lista de peligrosos efectos secundarios. Estudios recientes demuestran que solo un 40 por ciento de los pacientes tratados con Prozac experimentan cierta mejoría, por lo que, en muchas ocasiones, es usado como placebo.
Si eres una persona del tipo A, con exceso de adrenalina y sufres estrés, es posible que tu organismo carezca de suficiente magnesio. La mayoría de la gente sabe que las personas tipo A son propensas a sufrir enfermedades del corazón, y a tener calambres musculares, hipersensibilidad e irritabilidad.
Sin embargo, esto no es un problema genético sino que obedece a una deficiencia de magnesio causada por el estrés. Es el estrés el que ha consumido este mineral vital de tu organismo, y debido a esa deficiencia de magnesio eres más propenso a padecer enfermedades relacionados con el estrés.
Magnesio para la ansiedad
Existe una estrecha relación entre un déficit de magnesio y una mayor tendencia a sufrir ansiedad y depresión, así como alteraciones del estado de ánimo (apatía, tristeza, cambios de humor, confusión, problemas de memoria, etc).
Muchas personas desconoces que la falta de magnesio o de determinadas vitaminas puede ser el desencadenante de esos trastornos y, para ponerles fin, deciden tomar medicamentes antidepresivos o ansiolíticos, incluso sedantes.
Antes de tomar este tipo de medicamentos tan agresivos para la salud general, lo más adecuado es hacer cambios en la dieta y llevar una alimentación más saludable y en el estilo de vida, pues en la mayoría de los casos son el mejor tratamiento para la ansiedad y la depresión.
El magnesio, es un mineral que interviene en más de 300 reacciones enzimáticas, es esencial para regular el calcio, interviene en el metabolismo de la glucosa, en la frecuencia cardiaca, en la función muscular, en la transmisión de impulsos nerviosos, etc.
El magnesio, interviene a nivel cerebral, en la síntesis de neurotransmisores y neuromoduladores, entre ellos la serotonina y la dopamina, que se encargan de regular el estado de ánimo. Un desequilibrio en estos neurotransmisores es un desencadenante para sufrir ansiedad, estrés, problemas de sueño, fobias, trastornos obsesivos compulsivos, etc.
Un suplemento de magnesio puede ser una buena forma de promover el buen funcionamiento del sistema nervioso central y regular los niveles de dopamina y serotonina.
Remedios para ataques de panico
La mejor alternativa si sufres ataques de pánico es acudir al psicólogo para que te recomiende una terapia personalizada para mitigar la ansiedad o el miedo que provocan los ataques. Durante estas terapias, se tocarán temas como las relaciones con los demás, miedos o problemas que hayas podido experimentar durante la infancia, si se tienen pesadillas, etc. La mayoría de los ataques de pánico se deben por alguna emoción de miedo o una variación del miedo. La ayuda psicológica le ayudará a identificar que emociones siente cuando está ante un ataque de pánico, algo fundamental para combatir el problema.
Controlar la respiración es otro de los mejores remedios para los ataques de pánico. Existen muchos ejercicios relacionados con la respiración que podrán ayudarte para aliviar este trastorno. Es necesario parar los pensamientos negativos y decirse a uno mismo que lo que se siente es solo una cuestión psíquica.
Evita consumir sustancias como el alcohol, el tabaco, drogas o fármacos antidepresivos. También debe de dejar de tomar cafeína como café o refrescos.
Es esencial llevar una alimentación equilibrada rica en frutas, verduras y cereales que aporten las vitaminas y los minerales esenciales. También se aconseja consumir un complemento multivitamínico, que contenga sobre todo una dosis de vitaminas del grupo B y magnesio. Estos micronutrientes son esenciales para el sistema nervioso y ayudan a mitigarla ansiedad, la inestabilidad emocional, la apatía, la fatiga, la irritabilidad y la inquietud fruto de los ataques de pánico.
Ejercicio físico no muy intenso. El ejercicio es una de las mejores terapias para lidiar contra los trastornos psicológicos. Debemos de optar por los ejercicios suaves camitas, ejercicios aeróbicos lentos, etc.
Combinar el ejercicio físico con técnicas relajantes, como el yoga o la meditación esenciales para
relajar la tensión muscular que provoca la ansiedad a través del propio control de la mente. Estas terapias te ayudarán a entrar en un estado de calma necesario para superar un ataque de pánico.
Tomar infusiones de manzanilla y valeriana pueden ayudar a mitigar los nervios y otros de los síntomas de leves a moderados que ocurren con los ataques de pánico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dejanos Tu Comentario es muy importante para nosotros Gracias